Uno se cree
que las mató
el tiempo y la ausencia.
Pero su tren
vendió boleto
de ida y vuelta.
Son aquellas pequeñas cosas,
que nos dejó un tiempo de rosas
en un rincón,
en un papel
o en un cajón.
Como un ladrón
te acechan detrás de la puerta.
Te tienen tan
a su merced
como hojas muertas
que el viento arrastra allá o aquí,
que te sonríen tristes y
nos hacen que
lloremos cuando
nadie nos ve.
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Joan Manuel Serrat |
domingo, 15 de enero de 2012
Dedicada a un maestro
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Qué bella canción! Lo que la hace grande es el tempo con que es cantada.
ResponderEliminarUn saludo, Raúl Babí.