miércoles, 4 de enero de 2012

¿NO OS HA PASADO QUÉ, DE REPENTE LA COSA MÁS SIMPLE, HACE QUE TE SIENTAS TAN VIVA Y TAN HUMANA A LA VEZ QUE NO CABES DENTRO DE TU SER?

A eso exactamente me refiero cuando hablo de la belleza de lo cotidiano, es tan simple como llegar a casa, quitarse los zapatos, las medias y el sujetador, por fin libre! Encender una varita de incienso, uhmm ese aroma que ambienta toda mi casa y que tanto me relaja, el recibimiento de mis gatas que salen a la puerta con euforia como si fuera la primera vez y que me conquistan con sus caricias, asomarme a la terraza y descubrir que las calas y las margaritas han florecido, contrastes de verdes y blancos (naturaleza y vida) , ver como los caracoles hacen sus carreras particulares después de un día de lluvia, una bandada de gaviotas pasan por encima de nuestras cabezas llamando a sus crías "HOGAR DULCE HOGAR" yo lo he creado, yo lo disfruto, da igual donde vivas lo que importa de verdad es que sepas apreciar esos pequeños placeres.



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